viernes, 22 de mayo de 2015

RESTAURANTE: Baobab


Después del cerrar la temporada en el teatro Pavón fuimos a cenar a Lavapiés. En el último mes he ido varias veces, de hecho tengo una entrada pendiente sobre comida india en ese barrio, pero ahora aprovecho para hablar de Baobab.

Yo ya lo conocía, lo descubrí hace tiempo con una amiga un domingo de otoño en el que queríamos comer bueno, bonito, barato y a ser posible original después de ver una exposición. Y Baobab cumple las condiciones, la verdad - bueno, a lo mejor "bonito", "bonito" no es, pero las otras tres compensan más que de sobra -.

Hablamos de un restaurante senegalés en la plaza de Mesón de Cabestreros, con una terraza bastante grande y con mucha fama. De hecho, las dos veces que he ido he optado por comer dentro: una por la cola tan tremenda que había para la terraza y esta última por el fresquito que hacía fuera, aunque eso no impedía que la susodicha terraza estuviera hasta los topes. Supongo que comer fuera ya pone el broche de oro a una experiencia de lo más recomendable, así que espero que a la tercera vaya la vencida.

Nos olvidamos de la terraza y nos sentamos dentro, donde hay pocas mesas pero siempre hay sitio. Es un mesón sencillo, típico mobiliario de gasolinera o de bar sin pretensiones con manteles de papel. La nota de distinción la pone la carta, con una serie de platos diferentes, de calidad, muy abundantes y a muy buen precio (entre 7 y 9 euros, y sales hasta arriba de comida). Eso sí, cuando te la entrega el camarero/dueño/lo que sea, te dice lo que hay disponible ese día, que suele ser aproximadamente la mitad de los 12 o 14 platos que aparecen. 



Hay una descripción de los platos disponible - de agradecer, dado que mi experiencia con la cultura gastronómica africana en general y senegalesa en particular es nula - y yo he probado ya el cuscús negro con carne y salsa, las brochetas y el arroz senegalés con verduras y pollo o pescado. La verdad es que todo estaba rico, pero me quedo con lo último. En concreto la forma de cocinar las verduras me parece espectacular: blanditas y riquísimas. En cuanto a cantidad, depende del hambre que se lleve, pero nunca he conseguido acabarme un plato entero yo sola, así que para una cena ligera... casi mejor compartir.

El servicio forma parte de la experiencia en sí, suele ser muy amable aunque un poco despistado. Ver a los cocineros con las túnicas de colores trajinando no tiene precio. Eso sí, que nadie piense que es un típico restaurante temático africano: se ve un ambiente muy auténtico de mesón familiar, así que a olvidarse de los estampados salvajes y el ruido de tambores y a disfrutar de la comida. Lo merece.



Baobab
¿Dónde? Plaza de Cabestreros, 1 (Metro Lavapiés)
¿Cuánto? Entre 8 y 10 € por persona, un plato y bebida (mayo 2015)

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